Mountain-Medicine

🏔️ Mal de altura: cómo y por qué abordarlo desde la consulta médica

Resumen de la ponencia presentada en las Jornadas Catalanas de Salud Internacional y Migraciones 2025

En la XVI edición de las Jornadas Catalanas de Salud Internacional y Migraciones (junio 2025), se presentó una ponencia centrada en la prevención del mal de altura, un problema de salud que, aunque frecuente en viajes a zonas elevadas, a menudo es subestimado tanto por los pacientes como por los profesionales de la salud.

Bajo el título “Actualización en mal de altura: ¿Cómo y por qué abordarlo en la consulta?”, la charla ofreció una guía práctica para que médicos de atención primaria y profesionales de medicina del viajero puedan:

✅ Evaluar el riesgo
✅ Ofrecer consejos efectivos
✅ Indicar tratamientos preventivos cuando sea necesario

Especialmente en viajes con destino por encima de los 2.500 metros de altitud.

🧠 ¿Qué es el mal de altura y por qué nos debe preocupar?

El mal de altura engloba varios síndromes que pueden aparecer tras un ascenso rápido y sin aclimatación adecuada:

Principales síndromes:

  • Mal agudo de montaña (MAM):
    Cefalea, mareos, náuseas, inapetencia, alteraciones del sueño y malestar general.
  • Edema cerebral de altitud (ECA):
    Forma grave del MAM, con síntomas neurológicos: confusión, ataxia, disminución de conciencia.
  • Edema pulmonar de altitud (EPA):
    Dificultad respiratoria, tos persistente, disminución repentina del rendimiento físico.

📌 Estos cuadros pueden afectar a cualquier persona, sin importar su condición física.

🩺 Evaluación previa: clave en la prevención

Uno de los mensajes clave de la ponencia fue la importancia de integrar el mal de altura en la consulta previa al viaje.

Además de la altitud del destino, se deben tener en cuenta:

  • Antecedentes personales de MAM
  • Ritmo de ascenso
  • Número de días previstos para aclimatar
  • Condiciones médicas previas

🧪 También se mencionó el test de hipoxia como herramienta útil para evaluar tolerancia individual a la altitud, aunque su aplicación clínica todavía no está estandarizada.

🛡️ ¿Qué medidas preventivas funcionan?

La prevención del mal de altura comienza por un principio básico:

⛰️ Ascender lentamente

  • Dormir una noche a media altitud antes de superar los 3.000 m
  • No ganar más de 500 m de altitud por noche (por encima de los 3.000 m)
  • Hacer un día de descanso cada 3 o 4 días de ascenso

💊 Prevención farmacológica

Cuando hay riesgo moderado o alto, se puede considerar medicación preventiva:

  • Acetazolamida 125 mg/12h: primera línea, acelera aclimatación
  • Dexametasona 4 mg/12h: en casos de alto riesgo o rescate
  • Ibuprofeno: alternativa menos eficaz, útil si hay contraindicaciones a los anteriores

❌ No se recomienda el uso de Ginkgo Biloba, hojas de coca o budesonida inhalada por falta de evidencia científica.

👶👩‍⚕️ Poblaciones especiales

🧒 Niños

  • Riesgo similar al de adultos
  • Síntomas pueden pasar desapercibidos: irritabilidad, insomnio, inapetencia
  • Acetazolamida es segura (ajustar dosis)

🤰 Embarazadas

  • Evitar ascensos > 1.600 m si hay factores de riesgo (anemia, preeclampsia, cardiopatías)
  • Priorizar ritmo suave y preaclimatación de 2–3 días

🫁 Personas con enfermedades crónicas

  • Evaluar con test de esfuerzo o hipoxia
  • Planificación personalizada para EPOC, insuficiencia cardíaca, fibrosis pulmonar, etc.
  • Considerar oxigenoterapia si está indicado

📌 Conclusión: el papel clave de la consulta médica

El mensaje final fue claro:
Todos los viajeros que se dirigen a gran altitud están en riesgo.

💡 Una intervención sencilla desde la consulta puede marcar la diferencia.

Con una evaluación rigurosa y consejos adecuados, incluso personas con enfermedades crónicas pueden disfrutar de la montaña de forma segura, siempre que respeten sus límites y sigan las recomendaciones médicas.

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